Un muñeco, un inocente hecho de esponja, en medio de un plato lleno de un líquido sanguinolento, lo va absorviendo.

Tragar violencia
hasta vomitar violencia

El símbolo de la inocencia referido a la infancia; el tópico de que los niños son como esponjas que todo lo aprehenden; y la presencia habitual de la violencia como menú de cada día; son mis argumentos para el cartel que presento al Concurso de Carteles de Caja Madrid del año 2006.

El objetivo del concurso de carteles de esta convocatoria está dirigido a reclamar la atención sobre el preocupante acoso entre los propios escolares, sobre sus posibles orígenes, y sobre cómo estas conductas son la primera manifestación de comportamientos violentos que es urgente corregir en ese mismo momento.

A ver si tiene, al menos, la misma suerte que el que presenté el año pasado.

Pues no. Esta vez no ha habido la misma suerte. Pero yo lo quiero igual.